sábado, 9 de marzo de 2013

Un gran latinoamericano ha muerto

Más allá de coincidencias y diferencias con el presidente Chávez, sería mezquino no reconocer que colocó a nuestra América Latina en el concierto de las naciones. Es indiscutible que Chávez ocupará un sitio preponderante en la historia de América Latina, mientras sus opositores y la mayor parte de presidentes y presidentas de la región pasarán sin pena ni gloria al canasto del olvido.

Giovanni Beluche V. / Especial para Con Nuestra América

Hace apenas minutos que los medios anunciaron el fallecimiento del comandante Hugo Chávez Frías, Presidente de la República Bolivariana de Venezuela. Es difícil referirse en poco espacio a una de las figuras más sobresalientes y controversiales de la historia reciente de América Latina. Ya habrá ocasión para hacer balances, debates, análisis y discusiones, por ahora se impone rendir tributo y respeto al pueblo venezolano que ha perdido a un líder de estatura internacional.

El pueblo venezolano, los humildes, los de a pie, recordarán al presidente por los programas sociales denominados misiones, dirigidos a fomentar el acceso a la salud, la educación, la alimentación y la formación para el trabajo de los que se han beneficiado cerca de 20 millones de personas. Las pensiones por vejez se extendieron a 2.1 millones de personas adultas mayores, que antes dependían de la caridad y la solidaridad familiar. Estos programas sociales han sido subsidiados por el Estado venezolano, en un contexto latinoamericano plagado de gobiernos neoliberales que han profundizado la pobreza y la desigualdad.

Durante la larga historia de los gobiernos oligárquicos en Venezuela, las clases poderosas se embolsaban la renta petrolera, generando una vergonzosa pobreza del 70.8% (1996). Con el gobierno de Chávez la desigualdad se redujo en un 54% y la pobreza cayó al 21% (2010). En un país de 29 millones de habitantes, esto significa que más de 10 millones de personas salieron de la pobreza. La pobreza extrema se redujo del 40% (1996) al 7.3% (2010). Los datos anteriores explican el enorme apoyo popular que Chávez recibía de las grandes mayorías de su pueblo, por eso ganó en cuanta elección se presentó, en procesos transparentes como siempre lo certificó la Fundación Carter (observadora de elecciones).

Contrario a lo que afirman los poderosos medios de desinformación, Venezuela ha mejorado sensiblemente su soberanía alimentaria: en 1980 Venezuela importó más del 90% de los alimentos, actualmente ese porcentaje es inferior al 30% a pesar del boicot de los grandes capitales nacionales e internacionales. En los comedores escolares se alimentan 4 millones y medio de niños y niñas, además, en comedores populares 900 mil personas reciben alimentación. Las políticas agrarias del gobierno bolivariano contribuyeron a reducir la desnutrición infantil del 7.7% (1990) al 2.9% en el presente.

En un artículo publicado por los destacados profesionales Carles Muntaner (Universidad de Toronto), Joan Benach (Universitat Pompeu Fabra de Barcelona) y la socióloga  venezolana María Páez V, dan cuenta de otros avances en materia de salud pública: la mortalidad infantil se redujo de 25 por 1,000 (1990) a sólo 13 por 1,000 (2010); el 96% de la población tiene acceso ahora a agua limpia; en 1998 había 18 médicos por 10.000 habitantes, hoy hay 58; los gobiernos anteriores construyeron 5,081 clínicas a lo largo de cuatro décadas, mientras que en tan sólo 13 años el Gobierno Bolivariano construyó 13,721 (aumento del 169.6%); Barrio Adentro, el programa de atención primaria que recibe la ayuda de más de 8,300 médicos cubanos, con sus 7,000 clínicas, ha salvado aproximadamente 1.4 millones de vidas.

En el 2011 67,000 venezolanos recibieron medicamentos gratuitos de alto costo para tratar 139 patologías como el cáncer, la hepatitis, la osteoporosis, la esquizofrenia; hoy hay 34 centros de tratamiento de adicciones; en 6 años 19,840 personas sin hogar han sido atendidas con un programa especial; Venezuela tiene ahora la mayor unidad de cuidados intensivos de la región; una red de farmacias públicas vende medicamentos subsidiados en 127 tiendas, realizando ahorros entre el 34-40%; 51,000 personas han recibido tratamiento especializado para la visión en Cuba, y el programa de atención oftalmológica “Misión Milagro” ha devuelto la vista a 1.5 millones de venezolanos.

En el plano internacional Chávez destacó por su “latinoamericanismo”, promovió la discusión sobre qué significa aquello del socialismo del siglo XXI, convocó a líderes latinoamericanos y a organizaciones populares para tratar de darle forma al sueño de que otro mundo es posible. Más allá de coincidencias y diferencias con el presidente Chávez, sería mezquino no reconocer que colocó a nuestra América Latina en el concierto de las naciones. Es indiscutible que Chávez ocupará un sitio preponderante en la historia de América Latina, mientras sus opositores y la mayor parte de presidentes y presidentas de la región pasarán sin pena ni gloria al canasto del olvido.
En medio de detractores de derecha y de izquierda, con muchos aciertos y errores, este gran latinoamericano demostró que era posible generar mejores condiciones de vida para su pueblo, beneficios que sólo podrán profundizarse y perdurar con una verdadera revolución del siglo XXI. Corresponde únicamente a las y los venezolanos decidir su futuro, manteniéndose alertas frente a los embates intervencionistas que amenacen su estabilidad. Los pueblos latinoamericanos sabremos ser solidarios con nuestros hermanos y hermanas de Venezuela. Honor a quien honor merece.

¡Hasta la victoria siempre!

5 de marzo de 2013

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