sábado, 27 de junio de 2009

El silencio estruendoso de los grandes medios

El juicio a los Cinco nunca garantizó el debido proceso y aunque el mismo tribunal ha admitido no tener documentos específicos, ni siquiera una página que los acuse por espionaje, fueron sentenciados. Se trata de una condena política, porque no quiere admitirse que el “delito” de los Cinco ha sido develar la existencia de grupos terroristas en Miami. ¿Querrán referirse a eso los grandes medios?
Lic. Abner Barrera R. / AUNA-Costa Rica
El 12 de septiembre de 2008 se cumplieron diez años de la detención en los Estados Unidos de los cubanos René González, Fernando González, Ramón Labañino, Antonio Guerrero y Gerardo Hernández; héroes de su patria y de la humanidad. Fueron acusados de "conspiración para cometer espionaje”, y les impusieron condenas que van desde quince años de cárcel hasta la doble cadena perpetua.
Los abogados que defienden su causa al igual que autoridades y expertos han demostrado que los Cinco[1] son víctimas de un ensañamiento político y que nunca hubo un juicio justo, empezando porque tuvo lugar en la Corte Federal de Miami, ciudad de la que Leonard Weinglass, jurista de Nueva York ha dicho que "es diferente a cualquier ciudad de Estados Unidos, es la única que tiene su propia política exterior, que ha sido investigada por un grupo estadounidense por las violaciones de los derechos humanos, y de la que se ha dicho que no es una ciudad segura y nada se puede resolver ahí respecto a Cuba”[2]. El juicio nunca garantizó el debido proceso y aunque el mismo tribunal ha admitido no tener documentos específicos ni siquiera una página que acuse por espionaje, los Cinco fueron sentenciados.
Se trata de una condena política, porque no quiere admitirse que el “delito” de los Cinco ha sido develar la existencia de grupos terroristas en Miami[3]. La defensa presentó documentos que demostraron las acciones de esos grupos contra Cuba; se trata de organizaciones con años de experiencia de entrenamiento militar y armamentos, que utilizaban explosivos y habían sido entrenados en campamentos militares de los Estados Unidos. El éxito de los Cinco fue interceptar los planes de ataques, impidiendo más de 170 acciones de ese tipo contra Cuba[4].
La justicia estadounidense no solo ha violado los derechos de estos cinco hombres, sino también los de sus familias (negándoles el derecho a visitarlos)[5] y los de su patria, Cuba (el derecho a la autodeterminación de los pueblos y a su propia defensa)[6]. Mientras tanto el gobierno de los Estados Unidos –con la cobertura tiránica mediática internacional- se presenta al mundo como ejemplo de un país democrático y defensor de los derechos humanos.
La detención de los Cinco se dio tres años antes de que el mundo viera con espanto los ataques violentos y sorpresivos contra las Torres Gemelas en New York y contra el Pentágono en Washington. Pero el mundo no sabe -los grandes medios nunca han informado- que contra Cuba se ejerce desde hace varias décadas todo tipo de terrorismo con el apoyo de los Estados Unidos[7].
Después de los sucesos del 11 de septiembre de 2001, el presidente George W. Bush declaró al mundo que iniciaría una guerra contra el terrorismo. Amenazó a más de 80 países y se tomó la libertad de señalar quiénes eran o no países terroristas. Descaradamente mencionó a Cuba entre tales países, “cuando miles de cubanos han muerto víctimas del terrorismo procedente de Estados Unidos y ni un solo ciudadano norteamericano ha sufrido jamás el menor rasguño y ni siquiera un tornillo ha sido afectado por acción alguna de ese carácter procedente de Cuba”[8]. En esa lista de países no apareció la ciudad de Miami, lugar en donde los Cinco cubanos, habían recabado información de los grupos terroristas.
Hasta hoy los Estados Unidos y los grandes medios de comunicación han silenciado esa información. Un gobierno cuya justicia ha violado el sistema legal del país y los derechos de los detenidos tratará siempre de encubrir la obra realizada por los Cinco. Pero surge la pregunta ¿por qué la mayoría de los denominados grandes medios de información no han divulgado el caso de los Cinco? ¿Qué ha sucedido con esas grandes empresas de comunicación que dicen defender la libertad, la verdad, la democracia y los derechos humanos?[9] Hoy cuando la noticia tarda solo segundos para dar la vuelta al mundo ¿pueden esos grandes medios desconocerla? ¿Es posible que después de diez años de encarcelamiento de los Cinco, esos medios no sepan de esa injusticia?[10].
El tema de los Cinco no aparece en sus publicaciones. Lo que sí abunda es propaganda sobre los llamados “disidentes” cubanos; grandes reportajes, fotos y declaraciones de sus “luchas” por los derechos humanos y la democracia en Cuba. Pero no informan que, éstos al igual que los grupos terroristas de Miami son financiados por el gobierno de los Estados Unidos; no dicen que se trata de grupúsculos de mercenarios que se mueven a cambio de dólares entregados por los “diplomáticos” de la Sección de Intereses de Norteamérica (SINA)[11].
Tampoco es que creamos que la liberación de los Cinco dependa de que esos medios se unan a la campaña de solidaridad con los Cinco. Esos medios, por su naturaleza, no pueden hacerlo y tampoco pueden informar[12]; su práctica periodística está reñida con la verdad y la justicia. Pensamos que ellos no se suman a esta campaña por las razones que veremos a continuación.
Primero: porque informar sobre los Cinco es reconocer que Cuba al igual que otras naciones, es un país soberano que exige que se respete el derecho de los pueblos a su propia autodeterminación. Es aceptar que ningún país por más poderoso -económico o militar- que sea, puede arrogarse la potestad de agredir a otra nación; que ningún gobierno en el mundo puede obligar a otro a seguir un determinado modelo económico o político; es aceptar que Cuba tiene derecho a ser constructor de su propio destino como lo viene haciendo desde hace casi cincuenta años; que la democracia occidental no es el único sistema de gobierno y que Cuba tiene derecho a su propia forma de gobierno y de elegir a sus gobernantes.
Es reconocer que el derecho a la autodeterminación de los pueblos en Cuba no es un simple enunciado discursivo, sino una vivencia política e histórica. Que quienes hablan de los derechos humanos no pueden ignorar que éste es el derecho de un pueblo a buscar su desarrollo económico, social y cultural y, a organizarse libremente, sin injerencias externas[13].
Segundo: porque informar sobre los Cinco, llevaría a ejercer un periodismo profesional y responsable[14]; se preguntarían: ¿cuáles habrían sido los móviles que llevaron a los cinco cubanos -arriesgando inclusive sus propias vidas- a decidir penetrar en grupos terroristas? Tendría que admitirse que la revolución cubana sufre un bloqueo económico, comercial y financiero desde hace casi medio siglo por los Estados Unidos, bloqueo que es la manifestación de venganza del imperio en sus distintas administraciones estadounidenses, que en el afán de desestabilizarla, cobijan a grupos terroristas en Miami conformados en su mayoría por antiguos batistianos. Obligaría a la prensa responsable a levantar la cortina de humo que ha tendido el gobierno de Washington sobre asesinos connotados como Luis Posada Carriles, Orlando Bosch y otros.
Referirse a los Cinco, obligaría a la prensa, a denunciar que Cuba es el blanco de permanentes agresiones por parte del imperio. Es informar que en el pueblo cubano durante más de cuatro décadas “han fallecido como consecuencia de estos actos 3,478 personas, y resultaron mutiladas e incapacitadas 2,099. Los daños a la economía cubana se calculan en 121 mil millones de dólares”[15]. Dirían que el motivo que llevó a los Cinco a entrar en esos grupos terroristas fue para obtener información y prevenir a Cuba de los ataques terroristas.
Tercero: porque informar sobre los Cinco significa señalar que el gobierno de los Estados Unidos que dice luchar contra el terrorismo a nivel mundial, en su propio territorio alberga, apoya, financia y entrena a terroristas para atacar a la revolución cubana, sus dirigentes[16], el pueblo y sus instalaciones. Es admitir y publicar que en la ciudad de Miami hay grupos terroristas que se organizan con el beneplácito de las autoridades estadounidenses.
Los grandes medios se preguntarían: ¿Existe de verdad una guerra contra el terrorismo? Si la hay, ¿cómo puede llevarse a cabo encarcelando a los que luchan por detenerlo? ¿Cómo un país que dice combatir el terrorismo puede albergar en su propio territorio a grupos terroristas? ¿Informarían sobre eso, los dueños de los grandes medios?
No es que no sepan, sucede que, como el gobierno de los Estados Unidos está involucrado, entonces temen decirlo y por eso lo ocultan[17]. Porque informar sobre los Cinco, obligaría a esos medios a poner en entredicho la veracidad de la lucha contra el terrorismo que dice haber emprendido desde hace algunos años los Estados Unidos; tendrían que denunciar esa política hipócrita y mentirosa. Los Cinco no solo desenmascaran el cinismo de Washington sino también de los medios que con su silencio estruendoso se ponen de lado de la impunidad y de la injusticia.
Cuarto: porque informar sobre la detención de los Cinco cubanos, implica reconocer que en la misión que ellos cumplían se puso en evidencia la inteligencia con la que trabaja la Seguridad del Estado cubano.
Los grandes medios tendrían que responder a la pregunta: ¿se debe combatir al terrorismo usando la violencia o la tortura como lo hace el gobierno de los Estados Unidos? ¿Hay que recurrir al terror como arma para luchar contra ellos? Usar la violencia no es un trabajo de inteligencia, sino de brutalidad. Ese método nunca ha sido usado por el gobierno cubano y está reñido con los propios principios revolucionarios. Desde los primeros combates librados en la Sierra Maestra, los guerrilleros nunca emplearon ni la violencia ni la tortura contra sus enemigos; siempre respetaron la vida[18].
Cuba a diferencia de otros países, en su lucha contra el terrorismo, apostó por usar la fuerza de la razón y de la inteligencia. Sin emplear una sola arma de fuego ni provocar una sola gota de sangre, los Cinco fueron capaces de detectar cuántos eran los grupos terroristas que había en el sur de la Florida, quiénes eran los integrantes de cada grupo y cuáles eran los planes terroristas que tenían contra Cuba.
En un mundo donde algunos países poderosos usan la violencia como arma para luchar contra el terror -provocando más terror-, informar sobre los Cinco es asentir el gran nivel de inteligencia con el que actuó la Seguridad del Estado cubano.
Quinto: porque informar sobre los Cinco llevaría a los medios a admitir que en la misión que ellos cumplieron, Cuba mostró al mundo su ética revolucionaria, su dignidad y su compromiso con la paz y con la humanidad. Que los Cinco son el ejemplo más evidente de las grandes diferencias que existen entre la ética del gobierno de Cuba y la del gobierno de los Estados Unidos; no solo son distintas sino opuestas. Cuba arriesgando por la paz, por salvar vidas, luchando contra el terror sin balas ni bombas; Estados Unidos por la guerra, por encubrir terroristas y facilitarles su territorio, armas y entrenamiento para realizar atentados contra Cuba[19].
Dar cuenta de la ética revolucionaria de Cuba presente en la persona y la misión de los Cinco es ir en contra de la infamia y la calumnia que caracteriza a los grandes medios cada vez que algo quieren decir acerca de Cuba[20]. Nunca titubean para hacerse eco de la voz procedente de Washington que en el gobierno de George W. Bush reiteradamente calificaba a Cuba de ser un país terroristas, de fabricar armas biológicas y desarrollar planes de guerra electrónica, de violar los derechos humanos, de tener presos de conciencia, de practicar torturas, de amordazar la libertad de expresión, de impedir la libre circulación de la gente. Las calumnias son tan colosales que llegan a decir que los cubanos no tienen acceso a la atención de la salud y que en Cuba hay analfabetos y faltan libros y escuelas. Acusaciones todas falsas que contrastan con la realidad[21] y con la ética del gobierno cubano.
Cualquier ingenuo o desinformado que lea esos titulares, podría ser presa fácil de creer que Cuba es un infierno y una amenaza para la paz estadounidense[22].
Sexto: porque informar sobre los Cinco obliga a referirse dónde y en qué condiciones se encuentran ellos. ¿Estarán dispuestos los grandes medios a señalar que la justicia penal estadounidense ha violado una serie de derechos de los Cinco?
Tendrían que decir que desde el primer momento del arresto en Miami se produjo la detención arbitraria, que fueron recluidos varias veces en El Hueco (un espacio reducido con paredes y pisos húmedos) violando el Reglamento del Buró de Prisiones del Departamento de Justicia de Estados Unidos que, establece que esa sanción se aplica solo para "casos disciplinarios" y por un "máximo de 60 días" y a ellos los tuvieron ahí la primera vez 17 meses, que fueron despojados de todas sus pertenencias personales, incluidas cartas, fotos, poemas, lápiz. Tendrían que denunciar que las autoridades estadounidenses infringieron la Declaración sobre la Protección de todas las personas contra la tortura y otros tratos inhumanos y crueles, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 9 de noviembre de 1975, así como otras disposiciones de la Organización de Naciones Unidas. Expresarían que fueron incomunicados, aislados e impedidos de trabajar con sus abogados. Que todavía hoy se encuentran recluidos, como si fueran criminales en cárceles de máxima seguridad, y que a los familiares de algunos de ellos les niegan la visa y a otros les hacen viajar en vano porque a última hora las autoridades carcelarias inventan algún pretexto, para suspender las visitas.
Séptimo: porque informar sobre los Cinco conllevaría también a decir que son personas valientes, dignas y justas; que sus manos no están manchadas de sangre. Son hombres que tienen familias, padres, esposas e hijos; se trata de hombres educados que realizaron estudios de economía, relaciones internacionales, ingeniería y conducción de aviones; que sus manos en lugar de coger un revolver, cogen lápices para escribir poemas, para hacer caricaturas o para enseñar matemáticas. Dirían que abundan los testimonios de que los Cinco, gracias a su conducta intachable y su ética revolucionaria, se han ganado el respeto de otros presos y de los mismos policías que los vigilan; que cada mes, los Cinco reciben cartas, mensajes y saludos de miles de personas de todo el mundo, expresándoles su solidaridad e informándoles que ellos –los Cinco- han puesto a andar a cientos de Comités y, que la verdad avanza como un huracán, abriéndose paso contra la injusticia, el odio y el silencio. ¿Querrán referirse a eso los grandes medios?

NOTAS
[1] Con el nombre Comité de Solidaridad por los Cinco, a finales de 2007 se habían formado 350 en 112 países y más de 1000 parlamentarios de todo el planeta. Rafael Carela Ramos: Caso de los Cinco: Solidaridad sin fronteras. http://www.sierramaestra.cu/esp/noticia/24cincosinfronteras04086789.html.
[2] Deisy Francis Mexidor: ¡Cuán afortunado soy de defender a los Cinco! http://www.granma.cubaweb.cu/miami5/enjuiciamiento/abogados/00598.html.
[3] Sobre los grupos terroristas de Miami véase el trabajo de Hernando Calvo Ospina y Katlijn Declercq: ¿Disidentes o mercenarios?, Casa Editorial Abril, La Habana, Cuba, 2003.
[4] Mumia Abu-Jamal: Los Cinco impidieron más de 170 actos terroristas, en http://www.granma.cubaweb.cu/miami5/enjuiciamiento/justicia/00353.html.
[5] Varios: El dulce abismo, Editorial José Martí, La Habana Cuba, 2004, p. 17-18.
[6] El 20 de octubre de 1998 Fidel Castro dijo a la cadena televisiva CNN: "Sí, a veces hemos enviado ciudadanos cubanos que se han infiltrado en organizaciones contrarrevolucionarias, para informar de actividades destructivas contra nuestra patria, y creo que tenemos derecho a hacerlo mientras Estados Unidos tolere que desde allí se organicen sabotajes, incursiones armadas, ametrallamiento de instalaciones turísticas, introducción de armas, explosivos, y, sobre todo, brutales atentados terroristas” véase Deisy Francis Mexidor: El Comienzo, en http://www.granma.cubaweb.cu/miami5/enjuiciamiento/justicia/05.html
[7] Varios: Cuba, La historia no contada. Editorial Capitán San Luis, La Habana, Cuba, 2003.
[8] Fidel Castro Ruz: Discurso en el acto solemne de condecoración a las madres y esposas de los cinco Héroes de la República de Cuba prisioneros del imperio. Teatro "Karl Marx", el 8 de marzo del 2002.
[9] Los grandes medios son los que están al servicio de sus dueños y son cómplices entre gobernantes y oligarquías mediáticas; en los que solo aparece la voz de la impunidad y de la manipulación contra los pueblos; poseen una opinión rígida y unilateral, donde es difícil encontrar voces disonantes.
[10] Si lo que hicieron los Cinco fue espionaje, entonces los medios hubieran informado que se trató de espionaje, pero como no lo es, entonces prefirieron silenciar la noticia.
[11] Véase Rosa Miriam Elizalde y Luis Báez: “Los disidentes”, Editorial Política, La Habana, Cuba, 2003.
[12] Hablando de lo que significa informar, Ignacio Ramonet dice: “Hasta no hace mucho, informar equivalía a brindar no sólo las descripción precisa (y verificada) de un hecho, sino también un conjunto de parámetros contextuales que permitieran al lector la comprensión de su sentido más profundo. Informar era responder a preguntas básicas: ¿Quién hizo qué? ¿Con qué medios? ¿Dónde? ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Cuáles son las consecuencias?”, en Varios: Nuevas tecnología y concentración de los medios. La prensa ¿refleja la realidad? Editorial Aún Creemos En Los Sujetos, Santiago de Chile, 2003. p. 9.
[13] La libre determinación está contenida en algunos documentos internacionales como la Carta de las Naciones Unidas o los Pactos Internacionales de Derechos Humanos, y en numerosas resoluciones de la Asamblea General de la ONU se hace referencia a este principio.
[14] Refiriéndose a la nueva comunicación, Manuel Castells señala “La segunda tendencia que se observa en la actualidad reside en la pérdida de autonomía de los periodistas profesionales en relación con sus empleadores. Allí se juega gran parte del complejo juego de las manipulaciones mediáticas”, en Varios La nueva comunicación. Editorial Aún Creemos En Los Sujetos, Santiago de Chile, 2006. p.9.
[15] Ver Cuba la historia no contada, Op. cit. Nota de la editorial.
[16] Contra Fidel Castro han habido más de 600 planes para asesinarlo. Cf. Luis Báez: El mérito es estar vivo, Prensa Latina, La Habana Cuba, 2005.
[17] Manuel Castells dice: “Pues la influencia más determinante que los medios ejercen sobre la política no proviene de lo que se publica sino de lo que no se publica. De lo que se oculta, lo que se silencia. La actividad mediática reposa sobre una dicotomía: en la mente del público sólo existe lo que los medios dicen que existe. Su poder fundamental reside entonces en su facultad de ocultar, de enmascarar, de condenar a la inexistencia pública”, en Op. cit., p. 9-10.
[18] Ignacio Ramonet pregunta: “¿Ustedes habían hecho del respeto a los prisioneros un principio?” Fidel Castro responde: “Y contra la tortura. Porque lo que nos inspiraba a nosotros, en la lucha contra aquel régimen, era el hecho de que asesinaba y torturaba. Yo he dicho alguna vez a los que nos acusan de violar los derechos humanos: “Busquen un solo caso de ejecución extrajudicial, busquen un solo caso de tortura””, en Cien horas con Fidel, Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, La Habana. Cuba, 2006, 2da edición. p. 236.
[19] Las diferencias éticas no son nuevas. Fidel Castro refiriéndose a la reunión en Punta del Este había dicho que allí “se libró una gran batalla ideológica entre la Revolución Cubana y el imperialismo yanki. ¿Qué representaban allí, por quién habló cada uno de ellos? Cuba por la soberanía; Estados Unidos por la intervención. Cuba por el trabajo creador; Estados Unidos por el sabotaje y el terror contrarrevolucionario que practican sus agentes, la destrucción de cañaverales y fábricas, los bombardeos de sus aviones piratas contra el trabajo de un pueblo pacífico. Cuba por los alfabetizadores asesinados; Estados Unidos por los asesinos. Cuba por los héroes que cayeron en Girón para salvar la patria del dominio extranjero; Estados Unidos por los mercenarios y traidores que sirven al extranjero contra su patria. Cuba por la paz entre los pueblos; Estados Unidos por la agresión y la guerra.” Discurso pronunciado por Fidel Castro, en la Plaza de la Revolución, el 4 de febrero de 1962.
[20] Manuel Castells subraya que “La difamación y el rumor pasan a ser el arte dominante en política: un mensaje negativo es cinco veces más eficaz que un mensaje positivo”, Op. cit., p. 10.
[21] Ignacio Ramonet dice: “De ahora en más, un hecho es verdadero no porque corresponda a criterios objetivos, rigurosos y verificados con una fuente fidedigna, sino simplemente porque otros medios repiten las mismas informaciones y las “confirman”…”, en Nuevas tecnología y concentración de los medios. La prensa ¿refleja la realidad? op. cit, p. 11.
[22] “Ni una sola gota de sangre se ha derramado en Estados Unidos, ni un átomo de riqueza allí se ha perdido en 43 años de Revolución por acción terrorista alguna procedente de Cuba. A la inversa, son miles las pérdidas de vidas y cifras siderales los daños materiales que se han ocasionado a nuestra patria desde territorio norteamericano. Es algo sobre lo que el pueblo de Estados Unidos debe ser informado, en lugar de saturarlo con calumnias y mentiras.” Discurso pronunciado por Fidel Castro, el 25 de mayo del 2002.

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