sábado, 8 de abril de 2017

No hubo golpe de estado

¿Quién define hoy cuando hay  golpe de estado y cuando no lo existe? En primer lugar la Casa Blanca y luego CNN, SIP y  los pulpos mediáticos latinoamericanos. En Venezuela,  la derecha antichavista logró ser mayoría en la Asamblea  y no han cesado sus tentativas de destituir a Nicolás Maduro.

Carlos Figueroa Ibarra / Especial para Con Nuestra América
Desde Puebla, México

No, estimado lector o lectora. No me referiré a la suspensión de la Asamblea Nacional venezolana por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia.  Aludo a las diversas ocasiones desde 2002 en las cuales  en América latina hubo golpes de estado o tentativas del mismo, y ello fue negado por los grandes medios de comunicación y las derechas en la región. Empecemos por el golpe de estado que derribó   72 horas a Hugo Chávez en Venezuela. La derecha hasta designó a un nuevo presidente, Pedro Carmona. Éste, después de ser presidente espurio 47 horas, tuvo que salir huyendo cuando la resistencia popular malogró la asonada.

En 2008, el presidente Evo Morales y el vicepresidente Álvaro García Linera, se encerraron en el Palacio Quemado e hicieron el pacto de salir muertos de éste como Salvador Allende,  si triunfaba el golpe de la derecha, fraguado por las oligarquías de Pando, Santa Cruz, Tarija y Beni. Fue la acción de Chávez, Kirchner y Correa logrando que  la UNASUR  se pronunciara, lo que hizo fracasar el golpe que se organizaba a la par de un complot para asesinar a Evo. En 2009, la oligarquía hondureña logró convencer al ejército para derrocar a José Manuel Zelaya, quien en pijama fue sacado de su casa y enviado a un exilio que el propio Zelaya intentó romper con sus tentativas de regreso al país. En 2010, en Ecuador un amotinamiento de policías y militares, que incluso mantuvo cercado al presidente Correa durante varias horas, buscó derrocarlo sin éxito. En 2012, el presidente Fernando Lugo fue derrocado al ser destituido por el Congreso. Finalmente en 2016, la presidenta brasileña Dilma Rouseff  fue objeto de un impeachment que terminó destituyéndola, adjudicándole delitos de corrupción inexistentes.

En todas estas ocasiones las derechas y los grandes medios de comunicación  exclamaron estentóreamente: “¡No hubo golpe de estado!”. Lo que hubo según nos dijeron, fue un procedimiento legal  y constitucional para deponer a un presidente o presidenta que había violado la legalidad. En el caso de Ecuador lo que dijo la derecha y también el sector indígena opositor a Correa, es que se hacía  una tormenta de un vaso de agua y que un problema gremial (descontento de la policía) se estaba magnificando.

¿Quién define hoy cuando hay  golpe de estado y cuando no lo existe? En primer lugar la Casa Blanca y luego CNN, SIP y  los pulpos mediáticos latinoamericanos. En Venezuela,  la derecha antichavista logró ser mayoría en la Asamblea  y no han cesado sus tentativas de destituir a Nicolás Maduro. Ha desacatado resoluciones del Tribunal Supremo de Justicia dándoles posesión a tres diputados acusados de  elección fraudulenta. También ha obstaculizado todo lo que ha podido la labor del ejecutivo y en enero de 2017 destituyó a Maduro por abandono de funciones. El golpe no prosperó porque no fue avalado por los otros poderes del Estado. Hace unos días la suspensión de la Asamblea Nacional hizo gritar a las derechas “¡golpe de estado!”

Una vez más las sempiternas hipocresía  y doble moral.

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