sábado, 28 de abril de 2012

Francia, ambivalentes resultados electorales

Que la derecha haya obtenido entre todos sus candidatos más del 50% de la votación muestra el talante de los franceses que atribuye a los inmigrantes y a la inversión social la causa de todos sus males, desconociendo el carácter estructural de la crisis que viven.

Sergio Rodríguez Gelfenstein / Especial para Con Nuestra América
Desde Caracas, Venezuela.

El resultado de la primera vuelta de los comicios presidenciales de Francia tiene resultados ambivalentes, pudieran darse distintas lecturas, que no deberían quedar en lo meramente electoral, toda vez que el futuro del país galo y también del de Europa estará definido, –en gran medida-  por lo que ocurra en la segunda vuelta a realizarse el próximo 6 de mayo. Francia es además miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, por lo que pertenece a esa reducidísima élite mundial que está posibilitada para tomar decisiones que atañen a todo los habitantes del planeta.

Lo primero que se puede observar es que este proceso electoral sigue la pauta de lo que ha estado ocurriendo en Europa, la crisis castiga por igual a gobiernos de derecha o centro izquierda por su incapacidad para dar respuestas a las acuciantes necesidades de la población. En este caso, es la primera vez en Francia que un presidente en ejercicio pierde la primera vuelta cuando está aspirando a la reelección.

La percepción previa de este fenómeno llevó a Sarkozy a endurecer su discurso, proponiendo un país más fuerte internamente y en sus relaciones exteriores, mayores restricciones a los inmigrantes y disciplina y austeridad para reorientar la economía a fin de crear empleo. Sin embargo, no logró arrebatar espacio a la ultra derecha, que vio doblegado su caudal de votos respecto de las elecciones de 2007

Que la derecha haya obtenido entre todos sus candidatos más del 50% de la votación muestra el talante de los franceses que atribuye a los inmigrantes y a la inversión social la causa de todos sus males, desconociendo el carácter estructural de la crisis que viven.

A pesar de ello, todas las encuestas realizadas después de finalizado los comicios del pasado domingo, dan como ganador por un amplio margen al candidato del partido socialista Francois Hollande  en la segunda vuelta. Eso, porque Marine Le Pen, dirigente máxima del neofascista Frente Nacional pretende distanciarse de Sarkozy de cara a las elecciones parlamentarias de junio donde aspira a transformarse en líder de la derecha y de la oposición ante un eventual Gobierno Hollande. La misma noche del domingo lo manifestó diciendo “Somos la nueva derecha. Vamos a construir el futuro.

Vale también destacar la importante votación obtenida por el aspirante de izquierda  Jean-Luc Mélenchon. Aunque no obtuvo el 15% deseado y que le concedían las encuestas, su 11,7% supera en 6 veces lo obtenido por la izquierda en la elección anterior cuando no llegó al 2%. Su postulación es una candidatura de futuro como lo fueron en su momento las de Salvador Allende y Lula Da Silva que llegaron  a la presidencia en su tercer intento, pero que en ese transcurrir cohesionaron a importantes sectores del movimiento social para transformarse -en los hechos- en una alternativa al modelo de la derecha.   

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